Assortment of dairy products

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Redacción / El Nacional

La leche y los lácteos representan uno de los grupos nutricionales más importantes en todas las etapas de la vida y sobre todo en la infancia, por ser alimentos completos y equilibrados.

Éstos son ricos y variados en nutrientes entre los que figuran el calcio y las vitaminas, que ayudan al desarrollo óptimo del niño, es decir, con el crecimiento, la alimentación de los menores tiende a diversificarse pero es recomendable que el consumo de lácteos continúe en el resto de las etapas, debido a los beneficios que aportan a la salud.

La leche es también fuente de micronutrientes, el cual se encarga de ayudar en la mineralización del hueso y cuya ingesta mínima diaria debe ser de 800 gramos, es decir, dos vasos de leche aproximadamente.

Las últimas encuestas de InLac, organización interprofesional láctea que engloba tanto a la rama de producción láctea como a la transformadora, revelan que al 99 por ciento de los niños les gusta consumir leche y lácteos pero el 40 por ciento consume sólo una o dos raciones al día, mientras que la ingesta recomendable es de tres o cuatro raciones al día según recoge el informe de la organización.

Los beneficios de los lácteos en la infancia son los siguientes:

Protegen y fortalecen los huesos gracias al calcio que contienen, por lo que contribuyen a un crecimiento óptimo tanto en la etapa de la infancia como en la de la adolescencia. Además, el calcio ayuda a absorber los minerales que componen la dieta de cada día.

Aumentan los niveles energéticos: Contienen carbohidratos como la lactosa, que proporciona al organismo el 60 por ciento del total de energía que una buena dieta debería proporcionar.

Contribuyen a aumentar la  masa muscular: Los lácteos en todas sus variedades impiden que se degraden las proteínas de los músculos, por lo que fortalecen la masa muscular.

Un consumo regular de lácteos ayuda a controlar el peso: el calcio de la leche y todas sus variantes puede controlar las grasas corporales y, al mismo tiempo, ayuda a mantener el peso. Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Los niños obesos o con sobrepeso tienden además a seguir siéndolo en la edad adulta y sufren el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes.

Disminuyen el riesgo de padecer problemas cardiovasculares: la ingesta continuada de lácteos ayuda a mejorar el metabolismo de los lípidos que entran en el organismo, sobre todo grasas animales que están muy presentes en la dieta. De esta manera  fortalece al sistema frente a otras enfermedades como hipertensión arterial e hipercolesterolemia y, a su vez, disminuye el riesgo de sufrir infartos u otras enfermedades cardiovasculares.

Proporcionan equilibrio nutricional: la gran variedad de productos lácteos que permiten incluirse en dietas variadas, proporcionan un perfecto equilibrio nutricional.