A escasos días para las elecciones más grandes en la historia de México, consideradas también entre las más peligrosas para muchos candidatos, el próximo 2 de junio representará un gran desafío para la democracia y la seguridad de los candidatos y ciudadanos en general.
Aunque ni el Instituto Nacional Electoral ni las autoridades federales han mostrado un mapa de riesgo oficial, se sabe que hay focos rojos en varios estados: Chiapas, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Morelos, Baja California, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Estado de México, Tabasco y Veracruz.
En Guerrero ya han sido asesinados nueve candidatos, seguido de Michoacán con seis y Chiapas con cuatro candidatos muertos, además de más de 10 miembros de los equipos de campaña de los aspirantes de diferentes municipios.
La violencia se intensificó desde que comenzaron las campañas en marzo y abril, y conforme se acerca el día de la elección, esta situación ha empeorado en algunas entidades, como en Chiapas, donde este pasado fin de semana hubo atentados contra cuatro candidatos, dos de ellas mujeres.
Aunque este proceso electoral de 2024 aún no es el más violento, el más inseguro fue el de 2017-2018, con 48 precandidatos y candidatos asesinados. En el proceso actual, han sido atacados y asesinados 40, acercándose peligrosamente a superar el anterior.
A pesar de que las autoridades electorales y federales no han publicado dónde se encuentran los focos rojos, el pasado 9 de mayo la coalición Fuerza y Corazón por México presentó su propio mapa de riesgo. Según la oposición, este mapa revela una realidad muy desigual en cuanto a los riesgos en los distritos electorales de las entidades federativas, señalando las áreas más peligrosas con focos rojos y naranjas.