El peronista Alberto Fernández juró como presidente de Argentina ante la Asamblea Legislativa para el periodo 2019-2023.
Fernández asumió la primera magistratura ante la vicepresidenta saliente Gabriela Michetti y tras prestar juramento con la mano sobre la biblia. Luego hizo lo propio la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), quien juró como vicepresidenta.
El ejecutivo saliente, el conservador Mauricio Macri, le traspasó a continuación a su sucesor la banda y el bastón presidenciales, tras lo cual ambos se fundieron en un afectuoso abrazo mientras los asistentes a la ceremonia entonaban la marcha peronista.
Fernández de Kirchner, de 66 años, sacudió el tablero político en mayo cuando declinó postularse a la presidencia en las elecciones de octubre y promovió la candidatura de Fernández, su ex jefe de gabinete de ministros.
La veterana militante peronista, que estaba envuelta en una bandera argentina, también elogió el desapego que ha tenido Cristina cuando se corrió a un segundo plano para proponer a quien fuera su jefe de gabinete como candidato a la presidencia y cuestionó a Macri porque fue contra “los pobres, los jubilados, los niños que se mueren de hambre”.
En la plaza donde se encuentra el edificio del Parlamento fueron instaladas dos pantallas gigantes sobre unos soportes con la frase: “10D 2019, democracia para siempre, Patria para todos”. También se podía ver un muñeco inflable representando al ex presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, aliado de Fernández en la región y un gran afiche con las imágenes del tres veces gobernante de Argentina Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte y de Fernández de Kirchner y su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007).
Tras asumir, Fernández dio un discurso ante la Asamblea Legislativa con anuncios para dinamizar una economía que se prevé que caiga alrededor de 3 por ciento este año y controlar una inflación estimada en 55 por ciento para fin de año. A la espera de señales están los acreedores externos del país sudamericano, entre ellos inversores y el Fondo Monetario Internacional. Se estima que la deuda total asciende a unos 100 mil millones de dólares y varios vencimientos están pautados para 2020.