Después de la matanza de El Paso, Texas, las autoridades averiguan la masacre como un acto de terrorismo y analiza presentar cargos por delitos de odio.
El ataque, que dejó 20 víctimas mortales, causo que muchas personas de Estados Unidos lo vean como una reacción alentada por el presidente Donald Trump, quien lleva mucho tiempo despues difundiendo el miedo y el odio hacia los migrantes calificando su llegada como una “invasión”.
“Hemos visto incremento en los crímenes de odio cada uno de los tres últimos años, durante una Administración en la que tienes a un presidente que llama a los mexicanos violadores y criminales. Aunque los migrantes mexicanos cometen delitos en un porcentaje menor que aquellos nacidos en el país, ha tratado de hacer que tengamos miedo de ellos”, declaró.
En tanto, Cory Booker, senador de Nueva Jersey, incrementó estas declaraciones y aseguro que Trump era el responsable de lo ocurrido.
“Cuando tienes al presidente de la oficina moral más alta de nuestra tierra hablando de ‘invasiones’ e ‘infestaciones’ y ‘países de mierda’. Ese tipo de cosas que salen de su boca dañan el tejido moral de nuestro país. Él es responsable. Es responsable porque no ha tomado medidas para condenar la supremacía blanca”, aseguró el demócrata.
El presidente Trump no ha respondido a esta clase de señalamientos en ninguna de las publicaciones que ha hecho al respecto del tema.
“Me parece inapropiado hacer esa conexión. Estas son personas enfermas. El presidente está tan triste y tan enojado como ustedes”, aseguró Mulvaney a ABC.
Los candidatos demócratas se sumaron a las críticas hacia Trump por alentar el odio.
Pete Buttigieg y Amy Klobuchar hablaron acerca de la supremacía blanca y aseguraron que el presidente alimenta mucho el odio en Estados Unidos.
Uno de los hechos que más ha llamado la atención está en que uno de los tiradores recorriera nueve horas para llegar a El Paso, una ciudad con un 85 por ciento de población hispana para cometer su tiroteo pues, junto con Ciudad Juárez, es una de las concentraciones más importantes de migrantes en el Sur de Estados Unidos.
Especialistas recuerdan que los hispanos se encuentran en este lugar desde el siglo 17, mucho antes de que los ciudadanos estadounidenses se apropiaran de la identidad de la zona, por lo que hablar de una invasión al territorio “sería poco preciso”.
El debate político se ha centrado entonces en cómo en los últimos meses la llegada de miles de familias a la ciudad desbordó los servicios y la Guardia Nacional hecho que la administración de Donald Trump ha tratado de utilizar como símbolo de la supuesta invasión, lo que ha generado una crisis humanitaria.
Redacción/El Nacional