Redacción / El Nacional
El ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, acusado de la desaparición y asesinato de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, negó haber participado en los hechos y además afirmó que la noche del 26 de septiembre de 2014 estaba en su casa.
A pesar de estar acusado de ser el autor intelectual de la desaparición, Abarca asegura que cerca de las 23:30 horas (local), cuando los jóvenes eran atacados con armas de fuego, él trató de comunicarse con el Ejército y con la Policía Federal, pero no obtuvo respuesta.
Estas declaraciones se encuentran en un informe que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) dio a conocer, luego de que una comisión se entrevistara con Abarca en prisión para preguntarle quién impulsó su candidatura a la alcaldía de Iguala y su rol en el crimen contra los normalistas.
La comisión estuvo integrada por el ex senador y ex diputado Pablo Gómez, así como por Pablo Franco y Octavio Cortés.
“Abarca afirma que a las 23:30 le pidió a Felipe Flores (entonces jefe de la policía municipal) que llamara al Ejército y lo mismo le pidió al secretario de Gobierno del estado. Dice también que intentó llamar a la Policía Federal sin ningún éxito”, dice el informe.
A decir del documento, Abarca asegura que permaneció en su casa sin dar órdenes a la policía y con la idea de que él no podía hacer nada frente a lo que estaba ocurriendo, pues no contaba con las armas para ello.
“Abarca niega haber dado órdenes a la policía y niega también haber tenido indicativo alguno incluyendo el de A-5 mediante el cual, según (Jesús) Murillo Karam (procurador general de la República), dio la orden de detener a los normalistas”, dice el texto.
La investigación que las autoridades federales iniciaron tras los hechos concluyó que Abarca, presunto operador de Guerreros Unidos, fue el autor intelectual del crimen. Asimismo, que su esposa, María de los Ángeles Pineda, también formaba parte de este grupo criminal.