El presidente estadounidense, Donald Trump, pretende captar toda la atención en la Convención Nacional Republicana que arrancó este lunes.

Con su omnipresencia, y en compañía de sus hijos, Trump espera reponerse de la desventaja que sufre en los sondeos frente al demócrata Joe Biden.

Ansioso por diferenciarse de su rival, que sale poco de casa pero que se sitúa claramente al frente de las encuestas a 70 días de la elección, el mandatario se desplazará a Charlotte, en Carolina del Norte.

Allí, unos 300 delegados en representación de los 50 estados de Estados Unidos lo designarán formalmente como candidato presidencial del Partido Republicano.

Al igual que su equivalente demócrata, que concluyó el jueves con el discurso de investidura de Biden, la convención republicana será fundamentalmente virtual en razón de la pandemia de covid-19 y también será un encuentro muy familiar para el mandatario.

Además de su esposa Melania, sus cuatro hijos adultos figuran entre quienes tomarán la palabra: Donald Jr, Eric, Tiffany e Ivanka.

Su equipo de campaña apuesta a que la convención de Carolina del Norte sea “muy optimista y alegre”, dijo el domingo el asesor Jason Miller en la cadena NBC.

El objetivo también es defender la gestión del 45° presidente de Estados Unidos, actualmente muy cuestionado por su manejo de la pandemia de covid-19 y que ya no puede contar con lo que su campaña presentaba como su principal activo y eventual carta de triunfo: la buena salud de la economía.

Vamos a mostrar el impacto que ha tenido el gobierno Trump-Pence sobre la gente real”, dijo a Fox News Kellyanne Conway, asesora cercana de Trump.

Los oirán directamente”, añadió esta consejera que jugó un papel central en la campaña de 2016 y que el domingo anunció que pronto dejaría la Casa Blanca para dedicarse a su familia.

En particular, está prevista la intervención de Tanya Weinreis, gerente de un café de Montana, que recibió un préstamo federal en la primavera boreal para hacer frente a las consecuencias de la pandemia sobre su negocio.

La convención también se aseguró la presencia de varios oradores afroamericanos, incluido Tim Scott, el único senador republicano negro, en un intento de llegar a una comunidad mayormente hostil al partido de Trump.