Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, dejó en claro que no se va a confrontar con ninguna Iglesia, a las cuales les dejó en claro una cosa: “amor y paz”.
En la conferencia matutina de Palacio Nacional, López Obrador respondió sobre las exigencias en las últimas semanas de la Iglesia católica sobre revisar la estrategia de seguridad de su Gobierno tras los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, de las cuales apuntó que hay “mano negra” de los conservadores.
“Nos identificamos muy bien con el papa Francisco y también tenemos muy buenas relaciones con pastores, con ministros de otras Iglesias, pero ya estoy viendo la mano negra de los conservadores que quieren ahora echarnos encima a las Iglesias, no, que nadie se confunda”, subrayó.