El paramédico del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), Alfredo Gutiérrez Marqués, logró convencer a Carlos, de 25 años de edad, de no saltar del décimo piso en el Hospital General La Raza, en Azcapotzalco, Ciudad de México.
“Por medio de nuestra frecuencia de radio escuché la emergencia. Yo ando en motoambulancia, por lo tanto me dirigí hacia el lugar; del Zócalo al Hospital La Raza tuve un tiempo de respuesta de entre ocho y 10 minutos”, dijo Gutiérrez.
Al llegar al lugar le mencionaron que un joven pretendía saltar de la zona de trasplantes, por lo que se dirigió a la habitación; sin embargo, tuvo que subir corriendo las escaleras, pues el elevador no respondió.
Al entrar a la habitación veo la ventana rota. Los que estaban ahí eran la esposa de esta persona y un doctor, muy alterados por la preocupación, el miedo. Cuando voy entrando solicito información para conocer a lo que me iba a enfrentar”, recordó el socorrista.
El joven Carlos “N” era paciente del hospital y la noche anterior le habían trasplantado un riñon; los medios habían comentado que salió bien de la operación, que estaba respondiendo favorablemente.
Alfredo salió a la cornisa. Al verlo Carlos trató de brincar, pero el paramédico le pidió que esperara, que estuviera tranquilo, se identificó y charló con él.
“Me dice que tiene una deuda con Coopel, me imaginé que debía miles de pesos, y no, debía 500 pesos, y literal, saco la cartera y le dije ‘Carlos, yo te los presto, pero tranquilo’. Dijo que no nada más era eso, que ahí lo querían matar; que le ponían sueros y medicamentos y sustancias y le dije que era normal todo ese procedimiento porque estaba recién salido de un trasplante”, dijo.
Tras varios minutos se logró entablar un relación entre el paramédico y Carlos, por lo que lograron salir sin ninguna herida y el paciente fue llevado a una habitación sin ventanas.
“Te sientes alegre porque sabes que lograste tu objetivo, salvar una vida. Te sientes agradecido y valoras lo que tienes y le doy gracias a Dios por ponerme en esos lugares donde necesita la gente de mi”, concluyó Alfredo quien cumplirá 20 años en el ERUM el próximo mes.