En las redes sociales esta surgiendo un nuevo reto llamado “Dead Pose Challenge” el cual consiste en fotografiarse con la pose de un “muerto” junto a diferentes cosas cotidianas para después publicarlo en Facebook, twitter o Instagram.
El reto de la pose del muerto, como se diría en español, comenzó en la página de un joven sudafricano de nombre Karabo Mnisi, quien animó a sus amigos y seguidores a que le enviaran fotos posando como si estuvieran muertos siguiendo su propio ejemplo.
De todo el material que recibía, Mnisi publicaba las mejores fotos o las más logradas, pero miles de usuarios denunciaron la brutalidad de algunas y el joven tuvo que retirar las más realistas para que no le suspendieran la cuenta.
El crecimiento de este nuevo reto, atravesó las barreras de Sudáfrica para convertirse en un fenómeno mundial.
El éxito redobló también las críticas. Además de ser tachado de bárbaro e insensible, Mnisi ha sido acusado de “satanismo” en su país, donde cada vez más voces dentro y fuera de las redes le recriminan haber tenido semejante idea.
Empecé a posar como un muerto el año pasado, pero aún no subía las fotos a las redes sociales”, cuenta a EFE, Karabo Mnisi, que ya tiene 26,000 seguidores en Facebook y que dice no tener otro objetivo que “divertirse” con el “Dead Pose Challenge”.
Cuando se le cuestionó sobre lo que opina sobre las personas que afean su conducta, diciendo que “no piensa en ello”.
“Vivimos en un país serio con problemas serios. La gente necesita divertirse y relajarse, a veces”, se ha defendido el adolescente.
Los seguidores de Mnisi y quienes participaron en el “Dead Pose Challenge” son por lo general de su edad, aunque también hay adultos que incluso han aparecido en sus fotos junto a niños.
Decidí hacerlo porque me pareció divertido hacerme el muerto y hacerme una foto. Pensé que podía mandar la mejor foto, la más original y graciosa, con un niño pequeño participando en el reto”, explica a Efe el responsable de una de las poses más populares, Obakeng Bruno.
Quienes apoyan esta práctica ven en la ocurrencia una forma de desatar la creatividad y las dotes interpretativas de los más jóvenes, a través de las muecas y las posturas que imitan a apuñalados, ahogados o incluso a quienes caen fulminados por un rayo.
Pero a sus detractores no les hace ninguna gracia y citan entre sus argumentos el conmovedor vídeo en el que un bebé llora desesperado junto a su tía, mientras ésta fingía estar muerta para hacerse una foto y enviarla.
Es una moda ridícula y estúpida que puede ofender a la gente”, asegura Tlhokomelo Setlhako, empleada de banca de 32 años.
Sudáfrica no se merece internet”, ha escrito con sorna el servicio de noticias Eyewitness News.
