Por lo menos 17 millones de bebés viven en zonas donde la contaminación es seis veces mayor a los límites considerados saludables, poniendo en riesgo su desarrollo cerebral, también dañando sus pulmones, advirtió el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Muchos de estos niños viven en condiciones desfavorables y especialmente aquellos en barrios están expuestos a riesgos medioambientales por la falta de agua potable y condiciones sanitarias que les hacen vulnerables a enfermedades infecciosas.
Algunas partículas pueden dañar áreas clave para la comunicación entre neuronas, mientras que otras cuentan con una carga magnética que puede llevar a enfermedades neurodegenerativas.
En extremo Oriente y la región del Pacífico viven unos 4.3 millones de bebés en estas condiciones.