Policía de los Ángeles asesinó a Francisco Serna, un anciano mexicano de 73 años, en el jardín de su propia casa tras confundir su crucifijo con un arma.
Su casa se convirtió en el terrible escenario de sus últimos minutos de vida. Francisco fue baleado a la vista de seis oficiales de la Policía de los Ángeles quienes estaban acompañados por perros.
Estos se lanzaron al ataque, por lo que Serna no pudo hacer nada debido a su edad. El inmigrante estaba enfermo y desarmado, pero esto no impidió que los policías, le colocaran las esposas al presunto sospechoso.
Cuando lo tuvieron bajo control y sin poder moverse, el oficial Reagan Selman al entrar en “tensión” tras confundir un crucifijo con un arma, el policía al “temer” por su vida, tuvo que tomar su arma y dispararle en nueve ocasiones al indefenso anciano.
“Un hombre de 61 kilos, 73 años, delgadito, ya no tenía fuerza”, dijo su hija Rubia Serna, añadiendo que sufría de demencia por su avanzada edad, acusando a los agentes de usar violencia excesiva e innecesaria”.
Los hechos no indican que pudiera haber sido un “error” puesto que, la ciudad de Bakersfield es conocida como un lugar donde el racismo, la corrupción y la alta criminalidad están a la orden del día.
“Hay reportes falsos de que mi papá portaba armas, nunca estuvo armado”, dijo su hijo Rogelio Serna.
A la esposa del fallecido la aislaron e incomunicaron durante casi 14 horas.
“Lo dejaron morir solo (como un criminal) sin que su familia estuviese a su alrededor”. Nos negaron “el estar junto a él, el tomarlo del brazo” y así, envueltos en lágrimas, “la policía impidió a la esposa de Francisco, Rubia, y a su hija Laura verificar su salud”, cita el comunicado.
En estas circunstancias dieron licencia administrativa a los seis policías involucrados. Con vacaciones pagas donde recibirán sueldos y beneficios completos desde su hogar, sin tener que trabajar, hasta que se resuelva el caso.
La portación del crucifijo coincidió, irónicamente con el día de la Virgen de Guadalupe.