Redacción/@elnacionalred
Carine Pichón busca hoy en la joyería parisina Jaubalet el anillo de sus sueños. Jaubalet acaba de lanzar un concepto revolucionario: crear piezas de calidad con la ayuda de una impresora 3D.
Sus clientes eligen ellos mismos el diseño y antes de firmar el pedido, Jaubalet les entrega una réplica exacta realizada en cera.
Yo no podría firmar un pedido de este tipo si solo viese la pieza final en internet o en un papel dibujado. Puede que cuando me la entreguen sea demasiado grande o demasiado pequeña. Por ello creo que el hecho de poder ver una muestra antes de firmar nada es importante. De esta manera los clientes podemos estar seguros de que hemos elegido bien”, explica Pichón.
La empresa asegura que su volumen de ventas no deja de aumentar cada año. El 75 por ciento de sus clientes, explica Jaubalet, proceden de China, Rusia y Oriente Medio. Estados Unidos y Alemania son también dos de sus mercados, sobre todo gracias a su página en la red.
Según la empresa, sus productos son hasta un 50 por ciento más baratos que en otras grandes firmas del sector.
No tenemos sala de exposición y fabricamos nuestras piezas por encargo, no tenemos gastos de almacenamiento. Por todo ello nuestros precios son más bajos mientras que nuestras piezas son de una calidad excepcional”, asegura Patrick Barruel, de Jaubalet.
Tras un mes de pruebas, Corine Pichón parece haber tomado la decisión: comprará un anillo con un diamante de unos seis mil euros.