Rosa Elisa Salgado

Redacción / El Nacional

Rosa Elisa Salgado encontró múltiples obstáculos en su camino desde que llegó a Estados Unidos desde su natal Colombia, en 1995. Pero ninguno de ellos la amedrentó: aunque le llevó casi dos décadas de estudios, acaba de recibir un diploma universitario en la misma ceremonia en que se graduaron sus dos nietos mayores.

“Espero ser un ejemplo”, manifestó el lunes la octogenaria colombiana en una entrevista con The Associated Press. “Que todos sigan a pesar de los obstáculos. No es fácil, pero que sigan la lucha. Si tienen obstáculos que los resuelvan, que se levanten con ardor y perseverancia, y sigan adelante”, dijo la mujer.

Salgado, que no quiso revelar su edad exacta y prefirió decir que estaba entre los 70 y los 80, recibió el sábado su título de educación en artes del Miami Dade College, la universidad estatal más grande del país. Sus dos nietos se graduaron de las carreras de biología y supervisión y gerenciamiento empresarial.

“Me siento feliz y muy orgullosa, mi hijo también estudia y trabaja a tiempo completo, como lo hacía mi mamá. Ella es un ejemplo y él ha podido seguirlo”, expresó Marta Salgado, hija Rosa Elisa y madre de uno de los muchachos que se graduó.

“Ella es persistente, nunca se rinde. Enseña que no hay que desfallecer aunque todo vaya en contra”. Rosa trabajaba como maestra de español en Bogotá, pero resolvió irse de su país cuando una de sus hijas que vivía en Estados Unidos le pidió que viajara para ayudarla.

Llegó con su marido a Miami, con su situación migratoria resuelta. Su hija, de unos 30 años, era ciudadana estadounidense y les había allanado el camino a la residencia legal permanente. Poco tiempo después su otra hija y su hijo también se mudaron a Miami desde Colombia.

Para ayudar económicamente a la familia, Rosa, que era maestra de español en Bogotá, comenzó a trabajar en un centro de cuidado infantil, atendiendo a niños desde tres meses hasta cuatro años. Pero su meta era progresar, y sabía que para ello necesitaba dominar el inglés.

“Tuve que afianzar mi inglés durante varios semestres, y cuando cumplí con todos los niveles empecé arte en educación”, recordó la coqueta mujer sobre aquellos años de finales de los 90. Al poco tiempo, sin embargo, comenzaron a surgir problemas “muy delicados y serios” que la obligaron a reducir las horas de clase, aseguró Salgado, y dijo que el más difícil de ellos fue ayudar a una de sus dos hijas cuando entró en un estado de coma tras un accidente.

Vestida con traje de falda y saco de color salmón, gargantilla y aros de perlas y su cabello negro prolijamente recogido con un rodete, Salgado rememoró que durante algunos años también debió tomar más de seis transportes públicos al día para poder trasladarse al recinto donde estudiaba y a su trabajo.

No tenía automóvil propio, y si bien acudía incluso con lluvia o tempestades, esta situación hizo que debiera reducir aún más las horas de estudio. Salgado, quien trabajó en el mismo lugar cuidando niños desde que llegó hasta 2014 y lleva 36 años de casada, asegura que su meta se ha cumplido y ahora, después de someterse a algunos exámenes médicos, planea escribir e ilustrar libros y poesías para niños.

Hace cinco años que no viaja a Colombia a ver a sus hermanos, sobrinos y amigos. “En Colombia, para las personas de esta edad no hay oportunidades. Aquí, desde el principio me abrieron las puertas”, aseguró la mujer, maquillada en su rostro y con los labios pintados de rosado.