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Cynthia Pardo/El Nacional

Tal y como ocurrió hace menos de 10 días, las inmediaciones del PRI estatal volvieron a lucir abarrotadas de personas que acudieron a apoyar el registro de precandidatos a diputaciones local y alcaldías del área metropolitana.

Después de que el día pintaba nublado, el sol apareció, la batucada comenzó a sonar y el ánimo de la gente aumentó, pues comenzaron a gritar porras o nombres de precandidatos.

La calle Arteaga lució repleta por pancartas y cartulinas, las cuales portaban el nombre de las organizaciones a las que pertenecen.

El rojo, blanco y verde del partido resaltaban entre los individuos de diferentes edades, niños y adultos mayores, ni la edad fue escusa para no estar presentes.

Los empujones no podían faltar pues la gran cantidad de gente estaban amontonadas y se notaban inconformidades al no poder pasar a las instalaciones para darle un beso o abrazo a su precandidato.

A pesar de la aglomeración los que buscaban un puesto en las próximas elecciones estaban acompañados de sus hijos, esposa o incluso padres.

Las amas de casa que se encontraban a un paso de entrar a la sala polivalente se pusieron histéricas al querer pasar y retaban a la seguridad diciéndoles que no las empujaran o ellas harían lo mismo.

Aunque el orden no fue el esperado, se contaba con el apoyo de tránsito de Monterrey que auxiliaban a los ciudadanos entre los vehículos de la calle Pino Suárez, para cruzar sin ningún  peligro.

Cuando estaba por concluir el evento se pudo notar como disminuía la multitud, pero con la desventaja que dejaron mucha basura; empezando por banderitas o carteles.