Edgar Martínez/ El Nacional
Fue un 29 de junio cuando la selección mexicana sufrió una de las eliminaciones más dolorosas dentro de una contienda mundialista, el rival era Holanda, la sede Brasil y el año 2014. Tres largos años han pasado de aquella llamada “sin vergüenzada” que el delantero Arjen Robben realizó, sin embargo, hoy en día México puede deshacerse de estos fantasmas.
Los “ya merito”, los “jugamos como nunca y perdimos como siempre”, los “ni modo”, fueron las expresiones que ese 29 de junio se mostraron a flor de piel, entre lagrimas o risas, fue como esa eliminación un tanto injusta marcaría de por vida a varios jugadores, hasta la fecha.
México llegaba a la ronda de los octavos de final del Mundial de Brasil 2014 en condición de invicto, mostrando un futbol más que excelso, bonito, con una defensa de hierro y un arquero inspirado, con un “Piojo” motivado y un líder nato dentro de la cancha, como lo es y sigue siendo Rafael Márquez, siete de nueve unidades rescató el Tri en la fase de grupos, derrotando a Camerún, empatando con el anfitrión y venciendo a una Croacia llena de talento.
Se llegaba al ya estresante cuarto partido con la esperanza en alto en que por fin se lograría el cometido y se clasificaría a los 4tos de final, lo cual no ocurre desde 1986. La felicidad aumentaba cuando Giovani Dos Santos adelantó al Tri en la segunda mitad, con un disparo de larga distancia que sorprendió no solo al arquero holandés Cillessen, sino a todo México.
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El tiempo trascurría y parecía que la historia era otra, que al fin se alcanzaría una meta más grande, sin embargo, ocurrió lo inesperado. Holanda remontó en tan sólo 8 minutos, empatando Wesley Snijder con un potente derechazo a la base del marco, fulminando prácticamente a Ochoa, quien se estaba vistiendo de héroe en el juego al sacar cuanta pelota llegaba a su arco.
El 1-1 ponía de nervios a casi medio mundo dentro del estadio, Holanda ya era más en el terreno en el juego y el gol del empate decayó el ánimo en los aztecas. Fue ahí que Arjen Robben aprovechó el momento, pues durante todo el partido fue el holandés que mejor jugó recibiendo su “recompensa” con un penal que jamás existió, esto tras un autentico “clavado” dentro del área al fingir un pisotón de Rafael Márquez sobre el futbolista del Bayern Munich.
El minuto 92 fue la perdición para los mexicanos ya que Klaas Jan Huntelaar anoto el tanto del gane y así la “naranja mecánica” liquidaba los sueños del combinado mexicano por crecer en el Mundial. Hecho que hoy en día sigue doliendo.
Situación que hoy mismo, 29 de junio puede dar el revés, debido a que el Tri, ahora dirigido por Juan Carlos Osorio se encuentra en la antesala a la final de la Copa Confederaciones de Rusia 2017, donde se topará con otro viejo conocido, Alemania, quien ha eliminado al cuadro mexicano en cuatro ocasiones oficiales, una de ellas también en este certamen pero en el 2005.
Un panorama demasiado distinto es el que vive actualmente nuestra selección, pues son líderes de su zona en la Concacaf, a una victoria prácticamente de alcanzar su boleto al siguiente Mundial; semifinalista de la Confederaciones, una racha de victorias histórica en cualquier proceso de 4 años, dejando atrás aquellos tiempos turbios y oscuros, donde era un milagro ganar fuera del Azteca.
Sin Andrés Guardado es como México se encarará ante los teutones, baja sensible pero que en la mente de los 24 convocados no es excusa. La tarea no es para nada fácil pero la mentalidad ganadora de esta selección, combinada con el gran trabajo y los excelentes números y proezas que Osorio ha realizado en este proceso, hacen creer y soñar con que se puede ir más allá que un simple conformismo.
De cumplir frente a los germanos, México se verá de nuevo las caras con Chile, otro rival con el que se tiene una espina bien clavada tras aquel 7-0, siendo una de las dos derrotas de Osorio bajo el timonel del Tri.