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Redacción/El Nacional

Así es, Japón es un país un tanto diferente a los demás países europeos y de América. Algo muy peculiar es lo que tiene que ver con las propinas pues dejar propinas en restaurantes, hoteles o cualquier servicio que se haya prestado es considerado mala educación, al contrario que en Estados Unidos, México y otros países para ellos es como un insulto ya que parece que quien da la propina quiere aparentar superioridad. 

De tal modo que en Japón ni es obligatorio ni se espera que los clientes dejen propina. Es más si se deja algunas monedas en la bandeja del cambio, creerán que fueron olvidadas.

En los restaurantes japoneses, alguien te recibirá y te indicará donde puedes sentarte. Tras pedir y disfrutar, seguramente de una buena comida, no pidas la cuenta. Al hacer tu pedido ya te habrán entregado la factura. Lo más normal es que, cuando hayas terminado, te levantes y vayas a la caja que tenías al lado de la puerta para pagar con tu ticket o recibo.

La persona que esté allí lo mirará, te dirá el precio total, tú entregarás, digamos, 5000 yenes y escucharás (en japonés, claro):

– “Son 3600 yenes. Me da 5000 y yo le entrego 1000 yenes y cien, doscientos, trescientos y cuatrocientos yenes (siempre cuentan el dinero). Gracias por su visita”. Todo esto con múltiples inclinaciones de cabeza y muchos agradecimientos.