Agencia/El Nacional
Los estudios indican que entre 70 y 90 por ciento de las personas que usan la computadora durante mucho tiempo, ya sea para trabajar o jugar, tienen uno o más síntomas del síndrome visual informático.
Los efectos del uso prolongado de este aparato no sólo se relacionan con la visión. También hay quejas de síntomas neurológicos, como dolores de cabeza crónicos y problemas musculoesqueléticos, como dolor de cuello y espalda.
Alrededor del mundo, hasta 70 millones de trabajadores corren el riesgo de padecerlo y es posible que la cantidad aumente.
En un artículo acerca de este padecimiento escrito por especialistas en el cuidado de los ojos de Nigeria y Botsuana, y publicado en Medical Practice and Reviews, se presenta una lista de profesionales en riesgo: contadores, arquitectos, banqueros, ingenieros, controladores aéreos, artistas gráficos, periodistas, académicos, secretarias y estudiantes, quienes “no pueden trabajar sin la ayuda de la computadora”.
Esta lista no tiene en cuenta a los millones de niños y adolescentes que pasan varias horas al día jugando con la computadora, a la que podría agregarse la tableta y el celular.
Tope Raymond Akinbinu de Nigeria y Y. J. Mashalla de Botsuana, autores del artículo, citaron cuatro estudios que demuestran que el uso de la computadora durante tres horas diarias de manera regular probablemente genere síntomas oculares, dolor en la parte baja de la espalda, dolor de cabeza y estrés psicosocial.
Sin embargo, la molestia más común relacionada con el uso día computadora involucra a los ojos, se puede experimentar visión doble y borrosa, así como ardor, comezón, sequedad y ojos rojos, lo que en conjunto puede afectar al desempeño laboral.
Una razón por la que el problema es tan generalizado es que, a diferencia de las palabras impresas en una hoja que tienen bordes bien definidos, los caracteres electrónicos, conformados por píxeles, tienen bordes borrosos, lo que provoca que para los ojos sea más difícil enfocar. Sin que nos demos cuenta, estos intentan descansar constantemente cambiando su foco a un área detrás de la pantalla, y este constante cambio provoca tensión y fatiga ocular.
Otro efecto es la frecuencia de parpadeo reducida, que puede provocar sequedad y ojos irritados. En lugar de una frecuencia normal de 17 o más parpadeos por minuto, al trabajar ante la pantalla, el parpadeo a menudo se reduce a unas 12 a 15 veces por minuto.
Para proporcionar a los ojos una distancia cómoda para enfocar, la pantalla debe estar a unos 50 ó 70 centímetros del rostro. Cuanto más cerca estén los ojos del monitor, es más difícil enfocar.
Del mismo modo, cuando se mira hacia el frente, los ojos deben estar al nivel del borde superior del monitor.
El Departamento de Oftalmología de la Universidad de Pensilvania aconseja que el centro del monitor esté unos 10 ó 20 centímetros debajo de los ojos para minimizar la sequedad y el picor, para así reducir la superficie de exposición de los ojos, ya que no están totalmente abiertos. La distancia también permite que el cuello permanezca en una posición más relajada.
La iluminación o el brillo inadecuados también son otro problema. El contraste es crítico y se logra mejor con escritura negra sobre fondo blanco. La pantalla debe ser más brillante que la luz ambiental. La luz de techo o los rayos del sol que aportan demasiado brillo hacen que los ojos se esfuercen para ver lo que está en la pantalla. Un monitor brillante también puede hacer que tus pupilas se contraigan, lo que da a los ojos un rango de enfoque mayor.
Aunque la prevención es lo más importante, si ya tienes síntomas de síndrome visual informático, hay maneras de reducirlos o eliminarlos. Los oftalmólogos sugieren apegarse a la regla “20-20”: cada 20 minutos, toma 20 segundos de descanso y mira hacia una distancia de unos cinco metros.
Parpadea tanto como sea posible de manera consciente para mantener la superficie ocular bien lubricada.