Redacción/El Nacional
La Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) por sus siglas en inglés, publicó nuevos datos sobre el tráfico de armas a México, indicando que en el año 2014, de las 15 mil 397 armas de fuego incautadas por las autoridades mexicanas y presentadas a dicha Agencia para rastrear, 11 mil 061 (71.9 por ciento) tenían origen estadunidense, lo que significa que las armas de fuego fueron compradas o adquiridas de una u otra manera en Estados Unidos.
Clay Boggs, oficial de Programas para el Programa de México en WOLA, informó a través de un comunicado que claramente Estados Unidos es la principal fuente de armas de fuego ilegales en México.
“Los datos demuestran que el Gobierno de Estados Unidos no ha hecho ningún avance medible en detener el flujo ilegal de armas a través de su frontera sur, estas armas de fuego están alimentando la violencia en México y en otros países también”, dijo Clay.
Ello, mientras que el debate sobre el tráfico de armas de fuego ilegales se ha centrado en el tema de tráfico ilegal a México, la ATF también ha dado a conocer datos de rastreo de armas de fuego para varios países del Caribe y Centroamérica.
El número de armas de fuego sometidas a rastreo en estos países es significativamente menor que en México, y el porcentaje de las armas de fuego que son de origen estadunidense varía considerablemente de un país a otro, pero los números todavía son sorpresivamente altos.
Por ejemplo en las Bahamas, el 97.9 por ciento de las armas de fuego incautadas por las autoridades y presentadas a la ATF para rastrear provienen de Estados Unidos, mientras que en la República Dominicana, solo el 40.3 por ciento son de origen estadunidense.
Al agregar y promediar los datos, del Caribe, las armas de fuego de origen estadunidense representan el 60 por ciento del total regional, entre tanto que el número es del 40 por ciento para Centroamérica.
El comunicado, señala que el tráfico ilegal de armas es un grave problema internacional. Muchas de las reformas más significativas y necesarias para que el Gobierno de Estados Unidos aborde este problema, incluyendo la verificación universal de antecedentes para compradores de armas, una nueva prohibición de armas de asalto y una ley federal sobre tráfico de armas.
Boggs argumentó que “el Gobierno de Obama también debe hacer todo lo posible para detener el flujo mortal de armas a través de nuestra frontera sur”, estas acciones incluyen la expansión del requisito de notificación de ventas de armas largas, actualmente en vigor solamente para los estados fronterizos, y la plena aplicación de la prohibición de importar los rifles de asalto.