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Redacción/ El Nacional.

Al menos 400 manifestantes han sido detenidos este sábado en las protestas por la celebración del congreso del partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD) en Stuttgart.

Varios grupos de izquierda habían convocado una multitudinaria protesta en los alrededores del recinto ferial de la ciudad alemana, donde se celebra la reunión del partido populista, y algunas zonas del centro de la ciudad. Una movilización que ha terminado en choques con la policía cuando los manifestantes han tratado de bloquear la entrada al congreso.

Durante la protesta hubo más de mil manifestantes; según la policía, muchos de ellos iban encapuchados, armados con barras de hierro y listones de madera.

 “Los más violentos han sido detenidos”, dijo un portavoz de la policía.

Además explicó que algunos manifestantes quemaron contenedores y neumáticos para tratar de hacer barricadas que dificultasen el acceso al aparcamiento del recinto.

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Los disturbios han obligado a los organizadores del congreso del AfD a retrasar el comienzo del congreso en más de una hora.

 “Empezamos con retraso y no ha sido fácil llegar hasta aquí. El solo hecho de que podamos reunirnos ya es un éxito que nadie habría pronosticado hace tres años”, señaló el vicepresidente del partido, Alexander Gauland.

La protesta violenta de este sábado en Stuttgart es el síntoma de la tensión en el país. “La resistencia es maravillosa” corearon los manifestantes cuando la policía les conminó a través de altavoces, a despejar el área donde se habían congregado y desde donde gritaban consignas en contra de los militantes de AFD, “¡Fuera nazis!”, “¡Vamos a llegar por todos!”

Los grupos autónomos de izquierda se han ganado una merecida fama en el país, tanto por la organización de sus protestas como por la violencia que muestran a la hora de atacar a sus adversarios. Sin ataduras con el sistema político alemán, los jóvenes lograron bloquear dos importantes carreteras y sorprendieron tanto a la policía como a los militantes que intentaron llegar al recinto ferial.

Unos dos mil militantes se habían registrado para participar en el congreso de AfD, que tiene previsto aprobar un programa que les ayude a tener una representación parlamentaria en el Bundestag en las elecciones generales de 2017. Aunque el partido ha ganado el apoyo de un amplio sector de la población alemana y puede convertirse en la tercera fuerza política, si se cumple lo que predicen las encuestas, su política xenófoba y su coqueteo con la ultraderecha, lo ha convertido en un gran enemigo de los grupos de izquierda alemana, pero también para los partidos tradicionales con representación en el parlamento federal.

El congreso, enmarcado en las tensiones entre su ala xenófoba y la que se pretende algo más moderada, será escenario del pulso interno de una formación en auge, crecida con el voto de castigo a la acogida de refugiados.