José Daniel López/El Nacional
Quizá sea el cubo más conocido en todo el mundo y no por su forma o colores, sino por su función, ya que el cubo de Rubik es un rompecabezas mecánico tridimensional inventado por el escultor y profesor de arquitectura húngaro Ernő Rubik en 1974.
Originalmente, fue construido con el objetivo de ayudar a los alumnos de arquitectura para mejorar su perspectiva visual de las dimensiones, pero, sin lugar a dudas, superó todas las posibilidades de éxito hasta convertirse en el juego científico por excelencia.
La licencia para ser vendido fue otorgada a Toy Corp en 1980 y en su año de debut en el mercado ganó el premio a mejor juego del año en la categoría “Mejor rompecabezas”.
La particularidad de este cubo es que cada una de sus caras es de color uniforme (amarillo, azul, blanco, naranja, rojo y verde los colores originales), dividas en 9 figuras cuadriculas. Posee un mecanismo de ejes lo que permite a cada cara girar independientemente mezclando así los colores y poniendo en marcha la diversión y el desafío, permitiendo 43 252 003 274 489 856 000 movimientos, aunque gracias a un algoritmo moderno es posible resolverlo en sólo 20 movimientos.
