Lily Nava / El Nacional

Las primeras imágenes que percibe el cerebro del ser humano bajo los efectos del LCD queda muy por encima de los mitos que se tienen sobre esta droga.

El LCD hace que nuestro cerebro sea aún más completo, según la conclusión que ha llegado un nuevo y controvertido estudio que prueba los efectos que produce la droga famosamente conocida como “psicodélica”.

Para la realización de este estudio que fue realizado en dos partes necesitaron de 20 personas física y mentalmente sanos quienes accedieron a la realización pues cuestiones de ciencia.

En la primer parte, cada uno de los voluntarios recibió 75 mcg de LCD. En la segunda parte que fue al día siguiente del consumo de la droga, a las mismas personas se les administró placebo. En ambas situaciones se registraron los efectos sobre el cerebro con tres diferentes técnicas de obtención de resonancia magnética, las cuales midieron el flujo sanguíneo, las conexiones cerebrales funcionales así como las ondas cerebrales generadas.

Los resultados que recibieron los investigadores desmienten muchos de los mitos extendidos a cerca de esta sustancia.

Se sabe que las partes de nuestro cerebro actúan separadas la cual, cada una completa su función, pues al someter a los voluntarios a un escáner cerebral, los investigadores descubrieron que el cerebro empieza a funcionar de forma conjunta tras la ingesta de LSD.

 

“Normalmente, nuestro cerebro está formado por redes independientes que realizan funciones independientes especializadas, tales como la visión, el oído o el movimiento”, declaró Robin Carhart-Harris, director de la investigación. “Sin embargo, bajo los efectos del LSD esta separación de redes se rompe y se ve un cerebro más integrado y unificado”.

Además, los escáneres revelaron que, gracias al poder alucinógeno de esta droga, las personas que la tomaron comenzaron a “ver” no solo con la corteza visual, que es la que se activa en la visión normal, sino también con otras partes de su cerebro.

Incluso con los ojos cerrados, los voluntarios veían imágenes en su cabeza correspondientes a su imaginación o a retrasos de su memoria olvidados en el fondo de la mente.

 

Según los investigadores, estos efectos podrían explicar sentimientos religiosos que la gente siente a menudo después de tomar la droga y la sensación de bienestar que continúa presente en el cuerpo después de que sus efectos hayan pasado.

El estudio, ha demostrado que el LSD también potencia lo que se conoce como “ego-disolución”, es decir, el sentido normal del “yo” se descompone y se sustituye por un sentido de la reconexión con tu ser, los demás y el mundo natural.

David Nutt, profesor de Neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres y principal investigador del estudio, ha declarado que los neurocientíficos han estado esperando 50 años para este momento.

“Esto es para la neurociencia lo que el bosón de Higgs fue para la física de partículas”, declaró Nutt, que en 2009 fue removido de su cargo de asesor de drogas del Gobierno Británico por declarar que el éxtasis y el LSD son menos peligrosas para la salud que el alcohol y el tabaco.

El LSD fue sintetizado por primera vez en 1938 y en los 50 y 60 tuvo un impacto importante en la psicología y en la investigación psiquiátrica.

Su adopción como droga recreativa de la juventud de los 60 hizo que se prohibiera su uso y se dejara de investigar su potencial como tratamiento de trastornos psiquiátricos, depresiones y adicciones.

Ahora este estudio, parcialmente financiado a través del crowdfunding, el primero de sus características realizado hasta ahora sobre los efectos neurológicos del LSD en humanos, ayuda a reabrir el debate en torno a su potencial como cura y a profundizar en el conocimiento del funcionamiento de nuestra conciencia.