Redacción/El Nacional
Muchas personas tras la perdida de un ser querido, optan por convertir sus restos en cenizas, para de una u otra manera tenerlos más cerca de ellos. Actualmente existe una compañía Suiza llamada Algordanza, que se ha dedicado a transformar las cenizas recientes, antiguas o recién salidas de una exhumación en un diamante, para que así la familia del fallecido tenga una manera diferente de recordar a su ser querido.
El proceso dura unas cinco o seis semanas, algo que en condiciones naturales llevaría años.
Los familiares pueden escoger entre joyas de 0,3 hasta 3 quilates. El diamante de su ser querido puede ser de color azul claro o blanco con reflejos azules, dependiendo de las características del carbono extraído de las cenizas. Además, se puede grabar con láser una inscripción microscópica con el nombre del fallecido.
El precio de estos diamantes humanos oscila entre los 3.600 y 11.500 euros, es decir de $71, 952 a $229, 847 pesos mexicanos, dependiendo de los quilates.
Esta transformación es posible gracias a que el cuerpo humano contiene un alto porcentaje de carbono, que se transforma según su estructura molecular el grafito y diamante. A muy altas presiones el carbono adopta la forma de la joya más preciada del mundo.