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Judith Espinoza/El Nacional

Un ensayo clínico que se desarrolla en Estados Unidos estudia si la realización de la extirpación de las trompas de Falopio a mujeres con un alto riesgo de padecer cáncer puede evitar dicha enfermedad.

La cirugía de las trompas según explicaron los especialistas “sería una medida preventiva que consideramos puede ser muy efectiva” para prevenir el desarrollo de cáncer de ovario en esas mujeres y, a la vez, les proporcionaría una mejor calidad de vida.

Las mujeres con una alteración de genes, cuya representante son un grupo muy amplio de personas con alto riesgo de padecer cáncer de ovario, aunque prácticamente en el cien por cien de los casos en los que se extirpan los ovarios no desarrollan la enfermedad.

Esta cirugía produce una menopausia precoz, lo que puede suponer un problema para mujeres en edad fértil. La extirpación de las trompas no debe sustituir a la otra cirugía, la de ovarios, sino que “lo que se busca es retrasar el momento” en que se realiza esta última.

El planteamiento es practicar una cirugía en dos tiempos: primero se extirpan las trompas de Falopio que permiten tener hijos y unos años después se procede a la extirpación de los ovarios.

También tiene un efecto sobre la incidencia del cáncer de ovario en la población general a través de la modificación de la práctica quirúrgica en mujeres sin ese riesgo genético que se tengan que someter a una histerectomía (extirpación del útero).  “Se debe convencer a los profesionales y las mujeres para que, además de quitarse el útero, se quiten también las trompas”

Los expertos debatirán sobre los tumores de ovario infrecuentes, los últimos avances en inmunoterapia o biopsia líquida y la medicina personalizada. También analizarán el tratamiento quirúrgico óptimo en cáncer de ovario avanzado, en el que la supervivencia media se sitúa en 44 meses. Con una “cirugía limpia”, en la que se elimine la enfermedad a nivel macroscópico, aumenta la supervivencia en 2,5 años.