Cynthia Pardo/ @elnacionalred
Se conmemora el décimo aniversario luctuoso de Rigoberto Tovar García mejor conocido como “Rigo Tovar”, fallecido el 27 de marzo del 2005.
El cantante mexicano era originario de Tamaulipas y conocido por su música tropical y peculiar forma de bailar, en donde destacaba un brinco que en alguna ocasión alcanzó más de un metro con 40 centímetros de altura y que después no pudo dar más por problemas de salud.
Rigo creó una mezcla musical entre la cumbia, la balada y el bolero con elementos de rock. La integración de instrumentos electrónicos de la época fue hecha en su agrupación “Costa Azul” a finales de los años sesenta y principios los setenta, la utilización de órganos moog y efectos de sampleo fueron innovaciones que serían uno de los pilares de la cumbia mexicana y en particular de la tecnocumbia.
Entre sus canciones más sonadas se encontraban El sirenito”, “Mi Matamoros querido”, “Mi amiga, mi esposa, mi amante”, “Oh qué gusto de volverte a ver” y “El testamento”.
Pasado el tiempo se enfermó, pues fue diagnosticado con retinitis pigmentosa que fue dejándolo ciego poco a poco, con el impedimento de realizar diversas actividades, lo que lo hundió en una depresión irreparable tras operarse en vano en Cuba y gastarse millones de pesos.
Al morir, en 2005, su cuerpo fue incinerado y pidió que sus cenizas recorrieran todo el país (México), y que después fueran esparcidas en la playa de “su Matamoros querido”