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Bruno Bravo-Luis Garay/El Nacional

Angustia, desesperación, llanto, coraje, impotencia, son las emociones que se vivieron en los alrededores del Penal del Topo Chico, tras el motín de reos que dejo como salgo 49 personas muertas según las autoridades.

Durante todo el día de este 11 de febrero miles de familias luchan por saber cómo se encuentra su familiar dentro del penal.

Cientos de personas se instalaban en las mayas para poder gritar y así tener comunicación con los reos que se encontraban ilesos, en algunos obtenían una respuesta favorable pero en otros el entorno se volvía tenso.

Entre llantos y quejas las amas de casa, caían en ataques de histeria al percatarse que su convicto estaba en la lista negra (la de los fallecidos).

Elementos de la Fuerza Civil llevaron botellas de agua y comida para los familiares que no se movían de los alrededores. Pero esto no ayudaba a las personas que seguían con una angustia interminable.

La Asociación de Derechos Humanos Internacional, llegaron para poder orientas, ayudar y sobre todo alentar a las miles de personas.

Camiones entraban y salían, personas caminaban de lado a lado, pero no, no se obtenía éxito. Los elementos de seguridad resguardaban de lado a lado las instalaciones, así mismo que elementos de la Marina y del Ejercito Nacional.