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Judith Espinoza/El Nacional

Es bien sabido que la cultura y el arte son alimento para el intelecto y para el espíritu.

El arte hace que los hombres y las mujeres se engrandezcan y, en muchos casos, trasciendan las fronteras de lo común para alcanzar la inmortalidad. Si nos damos tiempo de disfrutar de las diversas expresiones artísticas no sólo tendremos una mayor sensibilidad, sino que podremos se personas más sanas y felices.

Un estudio realizado en Noruega a más de 50 mil adultos, tanto hombres como mujeres, reveló que aquellos que son aficionados a visitar galerías y museos o a asistir a teatros y conciertos con cierta regularidad, son más sanos, menos ansiosos y tienden menos a deprimirse que aquellos que nunca participan en actividad cultural alguna.