Redacción/El Nacional
En algunas ocasiones hemos llegado a escuchar a alguna conocida manifestar que durante o después del acto sexual presenta dolor o malestar, sin encontrar explicación alguna.
Diversos estudios han demostrado que este tipo de “dolencias” tiene un porqué, y es que, 3 de cada 4 mujeres en algún momento de su vida, experimentan dispareunia femenina, la responsable de sentir este malestar.
La mayoría desconoce su término y mayor aún, que es, en qué zonas se presenta y que la causa.
Es por ello que la American Congress of Obstetician and Gynecologists, realizó una investigación donde denomino que, la dispareunia femenina son todas las condiciones que pueden provocar dolor durante o después de las relaciones sexuales.
Según los expertos, las zonas más propensas a ser afectadas son la vulva, el vestíbulo, el interior de la vagina y el perineo.
A pesar de que sus causas son muy diversas dependiendo del caso y la edad, entre las más comunes destacan:
Atrofia vaginal
En la menopausia la producción ovárica de estrógeno disminuye, lo que ocasiona que el tejido vaginal sea más delgado, esté menos lubricado y elástico, y esto termine con resultados de: sequedad, ardor, picazón y dolor durante la intimidad.
Vestibulodinia
Es un síndrome de dolor crónico que afecta el vestíbulo, entre sus causas se encuentran la proliferación de células inflamatorias y debilidad de los músculos del piso pélvico. Entre las mujeres de 50 años, esto es el origen más común de dolor sexual.
Enfermedades de la piel
Padecimientos como psoriasis y accema, pueden atar la piel delicada del área genital, y por sí solas o mediante tratamientos, dificultar el mantener relaciones sexuales.
Problemas psicológicos
Estrés, ansiedad, depresión y culpa, son los factores que impiden disfrutar del sexo, al grado de generar la contracción de los músculos de la entrada de la vagina, involuntariamente, lo que provocaría una penetración dolorosa.
Disfunción sexual de la pareja
La inhabilidad de la pareja por lograr o mantener una erección, la eyaculación prematura o que tarda en llegar el orgasmo, puede provocar excesiva fricción vaginal, es decir, un coito largo y doloroso.
Para combatir esta mal su tratamiento es sencillo, los médicos en la investigación recomiendan la utilización de humectantes vaginales, dos o más veces durante la penetración; implementar juegos sexuales previos que aumenten la lubricación natural y el uso regular de ropa interior de algodón.
