Redacción / El Nacional
Un doblete del delantero Jon Walters permitió a Irlanda sellar su billete para la Eurocopa de Francia, la segunda que los ‘chicos de verde’ disputarán de manera consecutiva, tras imponerse este lunes por 2-0 a una gris Bosnia en el partido de vuelta de la repesca.
Walters, que no pudo disputar por sanción el choque de ida, en el que Irlanda logró un valioso empate (1-1), ejemplifica como pocos el talante del equipo de Martin O’Neill, un abnegado conjunto en el que el trabajo y el sacrificio prima sobre el talento.
El juego del equipo irlandés poco ha evolucionado desde que en 1988 disputó en Alemania su primera fase final de una Eurocopa. Un fútbol directo en el que han cambiado los nombres, pero no los conceptos.
Si hace casi tres décadas los continuos balonazos largos buscaban la cabeza de John Aldridge o Niall Quinn, en la actualidad los zapatazos de los defensas irlandeses buscan a Walters y Daryl Murphy.
Un arcaico planteamiento que, sin embargo, bastó a Irlanda para imponerse a una Bosnia que, pese a contar con jugadores de mucho más talento como Miralem Pjanic o Edin Dzeko, mostró en Dublín una displicente imagen que le costó la eliminatoria.
Ni el más que discutible penalti que permitió a Jon Walters abrir el marcador (1-0) para los irlandeses a los 24 minutos, hizo cambiar la actitud del equipo balcánico, que no pudo inquietar la meta local hasta el minuto 92, con un disparo de Vedad Ibiseviv que se estrelló en el larguero.
Irlanda no dudó en ceder la posesión de balón a los bosnios, para sentenciar definitivamente el partido y su clasificación para Francia 2016, con un segundo gol (2-0) de Walters a los 70 minutos, tras una falta lateral que el delantero “verde” remató completamente solo en el segundo palo.