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Redacción/El Nacional

El mundo finalmente ha alcanzado “el principio del fin” de la pandemia de sida que ha infectado y matado a millones de personas en los últimos 30 años, según un importante grupo activista que combate el VIH.

El número de personas infectadas con VIH en el último año fue menor que el número de VIH positivos que se sumaron a los que tienen acceso a los medicamentos necesarios de por vida para mantener a raya al Sida.

Sin embargo, en un informe para conmemorar el Día Mundial del Sida el 1 de diciembre, la campaña ONE, un grupo que trabaja para poner fin a la pobreza y a las enfermedades prevenibles en África, advirtió que alcanzar ese hito no significa que el fin del Sida está a la vuelta de la esquina.

“Hemos pasado el punto de inflexión en el combate al Sida a nivel global, pero no todos los países están ahí aún, y el avance logrado puede estancarse o deshacerse fácilmente”, comentó la directora de política de salud global de ONE, Erin Hohlfelder.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que provoca el sida se propaga a través de la sangre, el semen y la leche materna. No existe cura para la infección, pero el Sida puede controlarse por muchos años con cócteles de medicamentos contra retrovirus.

Datos de Naciones Unidas muestran que en el 2013, 35 millones de personas vivían con VIH, 2.1 millones de personas resultaron infectadas con el virus y alrededor de 1.5 millones de personas murieron de Sida.

La Agencia de Naciones Unidas para el Sida, UNAIDS, afirma que a junio del 2014, cerca de 13.6 millones de personas en todo el mundo tuvieron acceso a medicamentos contra el Sida, un notable avance respecto a los 5 millones de personas que tenían acceso a tratamientos en el 2010.

“Pese a la buena noticia, no deberíamos cantar victoria aún”, comentó Hohlfelder.

La activista remarcó varias amenazas al avance actual, incluyendo un déficit de tres mil millones de dólares en los fondos necesarios cada año para controlar el VIH alrededor del mundo.

ONE también observó que el VIH se concentra cada vez más entre grupos de la población de difícil acceso, como usuarios de drogas inyectables, hombres homosexuales y trabajadores sexuales, que a menudo son estigmatizados o tienen dificultades para acceder a tratamientos y a servicios de prevención.