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Agencias/El Nacional

La probabilidad de contraer hongos en las uñas de los pies aumenta con el paso de la edad, debido a que medida que se envejece, el sistema inmunitario cambia, las uñas se vuelven más frágiles y secas, presentando más rajaduras, en donde esos microorganismos pueden alojarse.

Estas infecciones normalmente son causadas por un hongo llamado dermatofito, y aunque en la mayoría de los casos no son un riesgo de salud grave, pueden ser contagiosas y suelen ser difíciles de eliminar.

Las infecciones por hongos ocurren con más frecuencia en las uñas de los pies que en las de las manos porque las primeras están confinadas dentro de los zapatos a un ambiente oscuro, tibio y húmedo, donde los hongos pueden prosperar. Además, el flujo sanguíneo de los dedos de los pies es menor al de las manos, lo que dificulta al sistema inmunitario detectar la infección y detenerla.

A medida que la infección se vuelve más profunda, los hongos pueden provocar decoloración, engrosamiento o desmoronamiento en el borde de la uña.

El tratamiento para este mal implica, la aplicación de los medicamentos tópicos y la administración de antimicóticos orales, tales como terbinafina o itraconazol, los cuales por lo regular se administran durante seis a 12 semanas.

Estos fármacos ayudan a que la nueva uña crezca sin la infección y gradualmente reemplace la parte infectada.

En caso de padecer diabetes inestable o mantener un sistema inmunitario comprometido (por ejemplo al tener VIH, haberse sometido a un trasplante o recibir tratamiento contra el cáncer), se requiere pronto tratamiento para la infección micótica.

La dermatóloga Dawn Davis, de la Clínica Mayo advirtió que en caso de padecer estas enfermedades o estar en circunstancias similares los hongos pueden diseminarse a otras partes del cuerpo y enfermar mucho.