Un grupo de personas trata de cargar a un hombre herido después de una explosión en Ankara, Turquía, el 10 de octubre de 2015. Al menos 86 personas murieron el sábado cuando dos supuestos suicidas atacaron una manifestación pro-kurda y a activistas izquierdistas afuera de la principal estación de trenes de Ankara, semanas antes de las elecciones, en la incursión más letal de este tipo en territorio turco. REUTERS/Tumay Berkin

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Selene Gutiérrez/El Nacional

Durante una manifestación pacífica en la capital de Turquía, se desataron dos explosiones dejando un saldo de 86 muertos y más de 150 heridos, entre ellos 28 en estado grave, informó el ministerio Turco de Salud Mehmet Müezzinoglu.

Las explosiones tuvieron lugar en los alrededores de una estación de trenes a las 10 de la mañana hora local, muy cerca del lugar de la manifestación “Por la paz, el trabajo y la democracia”

Según los testimonios, las detonaciones hicieron estallar las ventanas del edificio ferroviario y en cuestión de segundos, cientos de personas quedaron salpicadas por una lluvia de restos humanos.

“Escuchamos una explosión fuerte y otra pequeña. Hubo un gran movimiento de pánico, y luego vimos cadáveres en la explanada de la estación; Una manifestación que debía ser por la paz se ha convertido en una masacre. No entiendo lo que pasa”. Dijo Ahmet Onen, un jubilado de 52 años.

El mitin fue organizado por diversos sindicatos y organizaciones no gubernamentales que desean la paz en Turquía.

El ataque aparentemente suicida, es clasificado por el ministerio de Turquía como un “atentado terrorista” por lo que se está realizando una ardua investigación.