Redacción /El Nacional
Cuando conoces a una persona y empiezas a tratarla y después de unas semanas pierdes contacto con él, y empiezas a sentir una ausencia, la respuesta a esto es que se deriva un profundo dolor, tristeza y hasta depresión.
La ciencia afirma que sufrir por amor es algo normal y que la zona del cerebro procesa el dolor físico también en carga emocional.
La amígdala cerebral establecen las emociones básicas como la ira, miedo e instinto de supervivencia dándole importancia y cuando más se recuerdan se envían señales de dolor.
Cuando el hombre que queremos ya no te busca, también se resiente porque hay mucha amargura y enojo.
Lo importante es diferenciar entre el deseo proyectado en esa persona y la realidad que hubo en la relación.
Este tipo de experiencias permiten reflexionar en las oportunidades que se pueden lograr –como ser más selectiva y no anticiparte a una relación incierta- así como la madurez emocional que ganas, más allá de verlas como un fracaso.