El campo puede dinamizar a la economía nacional y no ser una carga como algunos lo visualizan

Redacción/El Nacional

“Es impostergable la atención integral del campo para mejorar no sólo su producción y competitividad, sino la calidad de vida de sus habitantes, además una parte importante de las políticas públicas deben de coadyuvar a resolver la cada vez más aguda problemática de los jornaleros agrícolas, de las mujeres jefas de familia poseedoras de tierras, de los avecindados y de los adultos mayores”, consideró el Consejo Técnico Consultivo de la Confederación Nacional Campesina, que preside el senador Manuel Cota Jiménez.

En un documento de la CNC, el organismo, integrado por especialistas en temas rurales, sostiene que se requiere de un escenario que de certidumbre a los campesinos en qué producir y qué costo económico, social y político tendría el no hacerlo; y cómo hacer compatible la dualidad en la que vive hoy el campo entre la producción y la productividad que demandan los mercados.

Para la CNC, el campo puede dinamizar a la economía nacional y no ser una carga como algunos lo visualizan.

“Varios organismos internacionales como el BM y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) han estudiado y convergen en señalar que un crecimiento de 1 % de la producción agroalimentaria llega a significar un crecimiento de un 2.7 % del ingreso de los campesinos que están en situación de pobreza extrema, y desde luego un avance significativo en la seguridad alimentaria”.

Siempre se destaca, se explica en el documento cenecista, que la dependencia alimentaria de México es alta, y esto es cierto en el caso de los granos y oleaginosas. La SAGARPA determinó que la producción e estos durante el año pasado fue de 37.5 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 6%, pero sólo en el primer semestre de 2013 México se distinguió por ser el segundo país importador de alimentos, en términos per cápita, después de Japón.

Esto, sostiene la CNC, representa un alto riesgo para la seguridad alimentaria y un daño a la economía familiar, situación que es inaceptable por el potencial productivo que tiene nuestro país. “esto ha sido demostrado –asegura—por los productores mexicanos al ser el soporte del surgimiento del milagro mexicano en el siglo pasado, abasteciendo los alimentos que demandaba la población y exportando los excedentes para financiar el desarrollo industrial del país”.

Actualmente, concluye el estudio de la CNC, también lo demuestra un número reducido de agricultores empresariales que exportan una gran variedad de frutas y hortalizas, cuyo ingreso por divisas representan más del 60 % de las que se pagan por la importación de productos alimentarios básicos.