Medios de prensa oficiales y activistas informaron que dos autos llenos de explosivos fueron detonados en dos lugares diferentes de la ciudad de Hasaka, en el noreste de Siria.
La explosión dejó un saldo de al menos 20 muertos y más de 70 heridos, entre las victimas había una mujer y sus dos hijos, así como varios combatientes curdos
El primer carro bomba explotó en el barrio de Jashman, en el norte de Hasaka, causando cinco muertos y más de 30 heridos, incluidos niños y mujeres, según fuentes policiales citadas por la agencia siria de noticias SANA.
Minutos después, un suicida detonó los explosivos que transportaba en un camión cisterna en el barrio de Al Mahata, en el oeste de Hasaka, matando a unas 15 personas e hiriendo a otras 40.
La Dirección de Sanidad de Hasaka precisó que la mayoría de los heridos en el atentado de Al Mahata eran mujeres y niños y que tres de ellos están en estado crítico, por lo que la cifra de muertos podría aumentar.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres pero que cuenta con una amplia red de activistas en Siria, indicó que el primer ataque golpeó un punto de control de los milicianos kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG).
La otra explosión se produjo junto a una estación de tren, situada cerca de una base de las Fuerzas de Defensa Nacional -una fuerza paramilitar de voluntarios integrada en el Ejército-, en el centro de Hasaka, según el OSDH.
El conflicto sirio, que comenzó el marzo de 2011 con una revuelta contra al-Assad, se convirtió en una guerra civil que ha dejado desde entonces al menos 250 mil muertos y unos 12 millones de desplazados, de los cuales cuatro millones han buscado refugio en países vecinos.