Redacción/El Nacional
Un contingente integrado por un centenar de refugiados tomó las calles de Budapest, y emprendieron una marcha hacia la frontera de Austria, situada a más de 200 kilómetros de distancia.
En su mayoría son jóvenes, pero el movimiento también incluye familias enteras con niños y bebés, que llevaban días acampados en la estación de trenes Keleti de Budapest en unas condiciones miserables.
“Iremos andando, no hacemos mal a nadie, no somos criminales. Sólo quiero llegar a algún país en el que pueda terminar mis estudios”, explica Nasir al Omar, que estudiaba Arte y Literatura en la universidad siria de Alepo.
Algunos mostraban fotografías de la canciller alemana, Angela Merkel, y hacían el signo de la victoria a las personas que se encontraban por la capital de Hungría.
“Si tuviera una hija le pondría Merkel”, decía uno de ellos, un kurdo de Siria que no quiso dar su nombre.
Más de 160 mil personas han llegado a Hungría en lo que va de año por la denominada ruta de los Balcanes.
A lo largo de la marcha, numerosos ciudadanos húngaros entregan botellas de agua y galletas a los refugiados.