Nancy Vázquez/El Nacional
Sudar es una función esencial del organismo. Se da cuando el cerebro envía al cuerpo el mensaje de que sude para controlar su temperatura ante el calor ambiental, el ejercicio o una situación que causa nervios, enojo, miedo, ansiedad o vergüenza. Sin embargo esta actividad fisiológica, tan natural del cuerpo, se transforma en toda una pesadilla en quienes transpiran en exceso por pies, manos y axilas.
Hablamos de la hiperhidrosis, una afección médica en la cual una persona suda excesivamente de manera impredecible o frente a una situación ambiental o emocional que la produce.
Según la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis, el 3% de la población padece de esta afección que por lo general se presenta por igual en hombres y mujeres durante la adolescencia, sin estar exenta en la niñez y adultez.
Hay dos clases de hiperhidrosis, primaria y secundaria. La razón de cada una de ellas depende de su tipo.
Se desconoce la causa exacta de hiperhidrosis primaria, pero parece que existe un factor hereditario”, explica el doctor Brosnan. “Por lo general empieza en la infancia y se produce principalmente en pies, manos, axilas, cabeza y cara al estar despierto”.
La hiperhidrosis secundaria puede ser provocada por el embarazo, la menopausia, ciertos medicamentos o el padecimiento de una infección o enfermedad (como la diabetes, el hipotiroidismo, la obesidad, el cáncer, la gota o la artritis reumatoide). Se da tanto en el día como en la noche y tiende a involucrar áreas grandes del cuerpo.
La hiperhidrosis que no se trata puede durar toda la vida, apunta el dermatólogo. Por ello es importante atenderla desde el inicio con alguno de los siguientes tratamientos que, según el doctor Brosnan, se usan de acuerdo con el tipo de transpiración copiosa y causa.
Desodorantes antitranspirantes. Son los primeros que se utilizan para tratar las axilas que sudan en exceso ya que tapan los conductos sudoríparos.
Medicamentos. Los remedios, como el glycopyrrolate, pueden prevenir la estimulación de las glándulas sudoríparas. No son recomendados para todas las personas. Se recetan sólo para ciertos casos de hiperhidrosis ya que algunos pueden tener efectos secundarios.
Quienes padecen de hiperhidrosis pueden lidiar y controlar la molesta afección día tras día con estos consejos que ofrece el doctor Brian Brosnan:
- Báñate a diario con un jabón antibacteriano y asegúrate de secarte bien las áreas que más transpiran.
- Usa calcetines de algodón y, si es necesario, cámbiatelos a lo largo del día.
- Compra únicamente zapatos de cuero (o elaborados con otros materiales naturales) y evita usar el mismo par dos días seguidos.
- Opta por ropa hecha de algodón (u otras fibras naturales) que te ayuden a sentirte más fresco durante el día. Y cuando hagas ejercicio, utiliza prendas Dri-Fit que están diseñadas para eliminar la humedad de la piel.
- Carga siempre una muda de ropa adicional. De llegar a necesitarla, te ayudará a sentirte más cómodo.
- Evita alimentos o bebidas que puedan empeorar tu sudoración.
Si el estrés te produce sudoración, acude a técnicas de relajación como el yoga y la meditación.