Vuelve Mariana Ochoa a los escenarios para iniciar su carrera como solista, dejando atrás la estela de OV7 y abrazando una etapa musical en la que manda su propia inspiración.
La cantante de 46 años presentó en Monterrey su nuevo proyecto en solitario, una mezcla de regional pop, bachata, cumbia y balada, con la que busca reconectar con su esencia y su público.
“Hoy me doy el lujo de hacer lo que me gusta e inspira”, expresó. “Regresé a la composición después de 20 años, y estoy grabando los ritmos que escucho en casa, sin etiquetas ni limitaciones”.
El primer sencillo de su nuevo EP lleva por título El Remolino, una pieza que mezcla lo regional con el pop y que marca el inicio de una propuesta de seis temas que incluirán bachata, cumbia y canciones inspiradas por su vida personal. “Una de las canciones habla del amor que vivo con mi pareja, con quien cumplo siete años”, adelantó.
A pesar de estar comenzando esta nueva etapa, dejó en claro que no rompió lazos con todos sus excompañeros. “Con todos tengo contacto y son mi familia, menos con Ari Borovoy”, señaló sin rodeos. La relación con Borovoy, explicó, está rota desde 2019, y no ve una reconciliación cercana. “Siempre estuve dispuesta, pero para que eso pase, se necesita voluntad de los dos lados”, afirmó.
Además, descartó cualquier colaboración futura con la oficina de representación artística de Borovoy: “No creo que eso pase”, dijo con una sonrisa.
Lejos de los conflictos, Mariana dijo que actualmente se enfoca en lo que viene. Con una carrera de más de tres décadas, hoy se permite decidir su calendario y priorizar su vida como madre de Valentina y Salvador. “Hoy me siento cómoda y contenta. Disfruto esta etapa desde un lugar mucho más maduro”, concluyó.
Clara Bautista / El Nacional