Equipos de rescate reanudaron ayer las labores de búsqueda de víctimas en las zonas devastadas por incendios en los suburbios de Los Ángeles, mientras las autoridades advierten sobre la llegada de fuertes vientos que podrían intensificar las llamas.

En el séptimo día de esta tragedia, que ha destruido comunidades enteras, más de 90,000 personas permanecen desalojadas, aunque comienzan a surgir signos de normalidad. Algunas escuelas reabrieron sus puertas, y los equipos de baloncesto de la ciudad, Los Lakers y los Clippers, retomarán sus actividades.

Los vientos de Santa Ana, característicos de esta región, regresarán hoy con fuerza huracanada, según informó el Servicio Meteorológico Nacional. Estos vientos representan un riesgo significativo de reavivamiento de los incendios.

Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, alertó que las próximas horas serán críticas:
“El pronóstico indica un comportamiento extremo del fuego y condiciones que ponen en peligro la vida. Estamos haciendo preparativos urgentes.”

Las autoridades también informaron sobre la detención de decenas de personas que intentaron aprovechar el caos para cometer robos en zonas bajo toque de queda nocturno, entre ellos un hombre que se hacía pasar por bombero.

Unos 930 presos forman parte de los equipos que combaten las llamas en el condado de Los Ángeles, según el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR). Bajo la supervisión del Departamento de Bomberos del condado (CalFire), trabajan en intensas jornadas enfrentando el avance del fuego a cambio de un salario simbólico.

Estos reos se hospedan en campamentos temporales, donde reciben comida, ropa especializada, baños portátiles y espacios para descansar tras las arduas labores.

Con condiciones climáticas adversas y un panorama aún incierto, los equipos de rescate y combate al fuego redoblan esfuerzos para proteger vidas y contener los incendios.

Redacción/El Nacional