El pasado 27 de noviembre la banda colombiana Morat cumplió uno de los sueños más esperados de su carrera: ofrecer un concierto en un estadio de México, como parte de su gira ‘Antes de que amanezca: gira de estadios’.

La cita fue en el Estadio Mobil Super, y a las 21:00 horas la agrupación subió al imponente escenario para arrancar una noche mágica.

Con un público eufórico, los primeros acordes de “Cómo te atreves” dieron inicio al show, mientras las luces del estadio brillaban al ritmo de la música. Muchos fans, siguiendo la temática de la noche, llegaron con pijamas para vivir un evento único, en el que la banda se entregó por completo a sus seguidores, ofreciendo lo mejor de su repertorio.

Los temas “A dónde vamos”, “Porfa no te vayas” y “Mi nuevo vicio” fueron los primeros en sonar, dejando claro desde el principio que la velada prometía ser todo un éxito.

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Juan Pablo Isaza, vocalista de Morat, dirigió unas emotivas palabras a sus seguidores: “Bienvenidos a nuestro sueño. Siempre fue hacer un concierto en un estadio y sí, sabíamos dos cosas: la primera, que los queremos más que a nadie en el mundo y la segunda, no podíamos hacerlo solos y ahí es donde entran ustedes. Esta noche estamos soñando todos.”

El público, además de cantar a todo pulmón los éxitos de la banda, fue parte activa del espectáculo gracias a las pulseras de colores que se entregaron a la entrada, iluminando el estadio con destellos multicolores que acompañaron cada tema. Entre los momentos más emotivos de la noche, la sorpresa vino de la mano del reconocido cantante Andrés Cepeda, quien subió al escenario para ofrecer una colaboración especial, sumando más magia al evento.

“No hay más que hablar”, “Mil tormentas” y “No se va” fueron algunas de las canciones más esperadas.

Los miembros de la banda, Martín y Simón Vargas, Juan Pablo Isaza y Juan Pablo Villamil, expresaron su gratitud por el lleno total del estadio y por el apoyo de sus fans.

El espectáculo estuvo lleno de momentos deslumbrantes, incluyendo pirotecnia, fuego y tiras de papel. Durante dos horas y media, la banda mantuvo la energía a tope, ofreciendo una experiencia inolvidable.

Carey González/El Nacional