Con la llegada del verano y las ganas de vacacionar, surge la necesidad de diseñar destinos turísticos inclusivos Algunos estados del país, esto ya es posible gracias a la infraestructura turística diseñada para personas con discapacidad.
En los últimos años, el sector turístico en México ha creado infraestructura en ciertas playas para garantizar que las personas con discapacidad puedan disfrutar de las experiencias turísticas. Sin embargo, aunque más de 22 millones de personas con discapacidad viven en el país, aún hay pocos lugares que realmente consideren sus necesidades y ofrezcan servicios que faciliten su estancia.
Para que una playa sea considerada inclusiva, debe cumplir con ciertos estándares en ubicación, infraestructura, mobiliario, calidad, seguridad, educación e información ambiental. Estas playas deben estar situadas en áreas con mareas tranquilas, poco oleaje y poca profundidad. Además, deben contar con sillas anfibias, que permiten a las personas desplazarse y entrar al agua sin que las llantas se entierren en la arena. Las instalaciones también deben incluir pasarelas y andadores para facilitar el desplazamiento de sillas de ruedas y de personas con discapacidad visual, así como guías de ubicación táctiles.
Las playas que cumplen con estos requisitos reciben el distintivo Blue Flag, otorgado por la Fundación Europea de Educación Ambiental. Este reconocimiento implica un compromiso constante de mejoramiento para garantizar un servicio de excelencia, ya que se renueva cada año.
De los 32 estados de México, sólo seis cuentan con playas inclusivas que ofrecen todas las facilidades necesarias para recibir a personas con discapacidad, entre ellas Playa Cuastecomates en Jalisco, Playa La Entrega en Oaxaca, Playa el Coromuel en Baja California Sur, Playa Ojo de Agua en Bahías de Papanoa en Guerrero, por nombrar algunas.