Mueren monos aulladores; en peligro de extinción

El calor en México se hace sentir: monos aulladores están cayendo muertos de los árboles en las selvas del sudeste del país y la mayor cadena de tiendas de conveniencia ha limitado en algunas regiones la venta de hielo.

Al menos 83 de estos monos, de tamaño medio pero cuyos rugidos retumban con fuerza en las selvas, han sido encontrados muertos por distintos grupos locales que lanzaron la voz de alarma. Otros han tenido más suerte y fueron hallados todavía con vida.

Los monos empezaron a aparecer el viernes, cuando una brigada local de bomberos voluntarios se presentó con cinco de las criaturas en la caja de su camión.

Los monos aulladores son musculosos y pueden llegar a medir unos 60 centímetros, con colas igual de largas. Están dotados de grandes mandíbulas y fuertes dientes y colmillos, pero es su aullido lo que realmente intimida ya que parece pertenecer a un animal varias veces más grande.

De momento, los monos parecen recuperarse. Antes apáticos y fáciles de manipular, ahora están en jaulas. “Ya muerden”, afirma como señal de que están recuperando su conducta normal.

La mayoría no tiene tanta suerte. El biólogo Gilberto Pozo contabilizó unos 83 animales muertos o moribundos en el suelo bajo los árboles. La mortandad empezó el 5 de mayo y alcanzó su punto álgido el pasado fin de semana.

“Caían como manzanas del árbol”, explicó Pozo. “Estaban en un estado severo de deshidratación; morían en minutos”. Según el experto, al estar muy debilitados, las caídas desde los árboles les provocaban daños adicionales a menudo mortales.

Pozo atribuyó las muertes a una “sinergia” de factores, entre ellos el fuerte calor, la sequía, los incendios forestales y la tala que los priva de agua, sombra y la fruta que comen.

Para los habitantes de Tabasco, un estado húmedo, pantanoso y cubierto de selva, el mono aullador es una especie emblemática y muy apreciada; los lugareños dicen que los monos les indican la hora del día aullando al amanecer y al anochecer.

Pozo afirmó que la población local, a la que conoce por su trabajo con la organización no gubernamental Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta, ha intentado ayudar a los monos que ven en sus granjas.

La Secretaría de Medio Ambiente emitió un comunicado en el que dijo estar analizando las causas de las muertes sobre las que hay varias hipótesis, “golpes de calor, deshidratación, desnutrición o fumigación de plantíos con agrotóxicos”.