Un profesor de medicina de la Universidad de Delta de Níger, en Nigeria, llamado Dimie Ogoina sospechó que una nueva enfermedad se estaba originando, se trataba de la viruela del mono, pero esta sospecha fue en septiembre del 2017, cinco años antes que este virus brotara en el mundo.
Todo se dio porque en ese tiempo un niño llegó hasta su clínica presentando un sarpullido en la piel, además de llagas en la boca, teniendo estas heridas que le afectaban literalmente todo el cuerpo.
Fue entonces que luego de analizar al niño, el doctor descartó que se tratara de varicela, pues era muy común que los menores se contagiaran de esta enfermedad, por lo que determinó que esa infección era extraña.
Sin embargo, Nigeria no tenía la posibilidad que realizar pruebas para determinar qué enfermedad era la que tenía el niño, fue entonces que tomaron algunas muestras y las enviaron a Estados Unidos, mismos que días después arrojaron que se trataba de la viruela del mono.
De hecho, en África durante el 2022 fue el continente con más casos registrados por esta viruela. En aquel 2017, Ogoina sospechó que el virus había sido transmitido de animal a humano, por lo que realizó la hipótesis que el menor contagiado había convivido con monos.
Luego que Ogoina y sus colegas estudiaran el caso y probaran algunas hipótesis en personas infectadas, detectaron que este virus se propagaba con el contacto, además de las relaciones sexuales.
Fue entonces que este médico nigeriano intentó por varios años advertir sobre la viruela del mono y las formas en las que se contagiaba a las autoridades sanitarias, incluso estaba presente en una reunión internacional sobre salud, donde explicó su tema, pero con sus palabras, dijo que le solicitaron que se callara.