El Papa Francisco instó a los países, en su mensaje de Pascua del domingo, a acelerar la distribución de las vacunas contra el COVID-19, en particular a los pobres del mundo, y calificó de “escandalosos” los conflictos armados y el gasto militar durante una pandemia.

El coronavirus ha hecho que este sea el segundo año consecutivo en que los servicios papales de Pascua hayan sido pequeñas reuniones en un altar secundario de la Basílica de San Pedro, en lugar de ceremonias multitudinarias en la iglesia o en la plaza exterior.

Tras la misa, Francisco leyó su mensaje “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo), en el que tradicionalmente repasa los problemas mundiales y hace un llamamiento a la paz.

“La pandemia sigue extendiéndose, mientras que la crisis social y económica sigue siendo grave, especialmente para los pobres. Sin embargo -y esto es escandaloso- los conflictos armados no han terminado y los arsenales militares se refuerzan”, dijo.

Francisco, que normalmente habría pronunciado el discurso ante hasta 100.000 personas en la Plaza de San Pedro, habló ante menos de 200 en la iglesia, pero el mensaje se transmitió a decenas de millones de personas en todo el mundo.

La plaza estaba vacía, salvo por unos pocos policías que resguardaban un estricto confinamiento nacional de tres días.

El Papa pidió a Dios que consuele a los enfermos, a los que han perdido a un ser querido y a los desempleados, e instó a las autoridades a dar a las familias más necesitadas un “sustento digno”.

Elogió a los trabajadores médicos, se solidarizó con los jóvenes que no pueden ir a la escuela y dijo que todos están llamados a combatir la pandemia.

“Insto a toda la comunidad internacional a que, con un espíritu de responsabilidad global, se comprometa a superar los retrasos en la distribución de las vacunas y a facilitar su distribución, especialmente en los países más pobres”, dijo.

Francisco, que ha pedido a menudo el desarme y la prohibición total de la posesión de armas nucleares, dijo: “¡Todavía hay demasiadas guerras y demasiada violencia en el mundo! Que el Señor, que es nuestra paz, nos ayude a superar la mentalidad de la guerra”.

Al mencionar las zonas de conflicto, destacó para elogiar a “los jóvenes de Myanmar comprometidos con el apoyo a la democracia y con hacer oír su voz de forma pacífica”. Más de 550 manifestantes han sido asesinados desde el golpe militar del 1 de febrero en Myanmar, un país que el Papa visitó en 2017.