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Coral Rodríguez / El Nacional
Incluso los rinocerontes de dos toneladas con un cuerno y piel de armadura a veces necesitan ayuda.

Afortunadamente, pueden contar con una defensora comprometida: Alyssa Carter de ocho años.

“Cuando escuché que los rinocerontes eran asesinados, eran mis animales favoritos y quise comenzar esto”, dice la alumna de primaria. Su campaña, Alyssa´s Shave the Rinos, recaudó miles de dólares para proteger a su animal favorito; el rinoceronte de Sudáfrica amenazado por los cazadores, y financió un esquema innovador dirigido a rastrear a los cazadores que les hacen daño.

Carter, la única “Campeona de Rinocerontes” de los Parques Nacionales de Sudáfrica, vende chocolates hechos a mano por 10 rand (0.85 dólares) en su escuela. Hasta ahora, ha recaudado más de 23 mil dólares a través de una combinación de ventas de chocolate y donaciones del creciente número de personas.

Todo comenzó en mayo de 2013 cuando Carter, quien entonces tenía seis años y medio, llegó a casa de la escuela y dibujó una imagen, la misma imagen con crayones de un rinoceronte con cuerno debajo de un arcoíris ahora está estampada en los dulces y chocolates de su campaña.

Su padre, Brian Carter, dice que aprendió sobre la situación de los animales en peligro de extinción, y comenzó a llorar cuando escuchó que los rinocerontes eran asesinados por cazadores. En su casa esa noche, la familia se propuso hacer algo para ayudar, diciendo que los chocolates eran algo bueno para empezar.

Su padre fue su primer cliente. “Originalmente solo quería hacer algo para ayudar”, dice. “La idea era venderle a cualquiera que quisiera comprar, así que comenzamos vendiéndoselos a amigos y familiares, abuelas y abuelos y personas en la iglesia”.

Durante más de un año, ha vendido chocolates cada viernes en su primaria en Johannesburgo; y ahora su oferta creció con paletas de rinoceronte, estampas, carne seca y varios juguetes tejidos de rinocerontes creados por un admirador que escuchó sobre sus esfuerzos de recaudación de fondos.

Carter conoce a sus clientes más entusiastas: destacando a una maestra particularmente generosa, la Maestra Phuti, y una clase excepcionalmente dulce con sus compañeros como los que más la apoyan.

“Lo que Alyssa quería hacer era dar el dinero para comprar perros entrenados para entrar al Parque Nacional Kruger”, dice su papá, Brian. Allí, en un área del tamaño de Nueva Jersey, los guardabosques combaten una batalla desesperada con los cazadores para prevenir la extinción de los rinocerontes, cuyo cuerno es preciado por su supuesto valor en los medicamentos tradicionales asiáticos.

Los caninos muy entrenados son una nueva adición al parque, que llegaron por primera vez en 2012. “Si encuentran un rinoceronte muerto, pueden oler dónde están los cazadores”, explica Alyssa Carter; permitiendo que los guardabosques rastreen a los cazadores, así como los cazadores acechan a la presa.

Los perros pronto también patrullarán la entrada del parque, al detectar armas que los cazadores intentan meter, y contrabando; incluido el cuerno de rinoceronte, que es transportado.

En Kruger, la mayor reserva de vida silvestre de Sudáfrica, las autoridades del parque reportan un incremento de contacto con cazadores sospechosos, con guardabosques afirmando que 164 fueron arrestados en el parque en el transcurso del año.

la joven “campeona de rinocerontes” puede decir orgullosamente que añadió dos nuevos elementos K-9 a la batalla, tomando en cuenta la compra, entrenamiento, perrera y costos de 8,000 dólares por cada perro.

¿Pero por qué rinocerontes? “Son lindos y, con sus grandes cuernos, se ven hermosos y me gusta cuidarlos en la naturaleza”, explica Carter.

Pero antes de Save the Rhinos de Alyssa, la residente de Johannesburgo nunca había visto a un rinoceronte en su hábitat natural. Ahora, ha ido a Kruger varias veces para conocer a los otros Guardabosques Honorarios, en algunas ocasiones, y recientemente visitó a dos perros olfateadores en entrenamiento el verano pasado.

Toma fotografías de cada animal que ve en el parque pero los rinocerontes tienen un lugar especial: “Es realmente agradable porque sé que hago algo”, dice. Carter dice que mantiene la cuenta de cada rinoceronte que ve; y han sido hasta “130 más o menos” hasta ahora.

Carter está dispuesta a hablar con otros sobre sus experiencias con rinocerontes, al pararse enfrente de 700 estudiantes en una escuela en diciembre, y casi 300 adultos en una conferencia de desarrollo ese año. Dice que es fácil hablar con adultos cuando eres niño; siempre y cuando su papá esté a su lado.

El mayor de los Carter dice que no había estado involucrado en la conservación antes de que Alyssa comenzara su campaña y que toda la familia se ha contagiado del entusiasmo de la joven activista. Ahora, la ambición de Alyssa es hablar en más eventos corporativos, incluidos días de golf de negocios donde encontró éxito alentando a los empresarios a otorgar a la causa.

“La conclusión es que necesitamos recaudar más dinero y necesitamos vender más chocolates” concluyó la pequeña activista.