Tras dejar el agua en reposo durante gran cantidad de tiempo, esta suele absorbe dióxido de carbono y una pequeña parte de ese CO2 se convierte en ácido carbónico, lo que significa que esa agua destapada ha sufrido cambios relevantes en su composición química.
Cuando el ácido carbónico suelta uno o dos protones y se convierte en carbonato o bicarbonato, baja el pH del agua y por ello cambia el sabor.
De esta manera, el agua que se expuso durante algunas horas está lleno de bacterias y polvo que normalmente se encuentran en el ambiente; esto no significa que el agua esté dañada, pero los expertos recomiendan pensarlo dos veces sobre si deberías beberla o no.
Otro caso es el la botella de agua plástica que se deja en los vehículos o la oficina y se exponen a altas temperaturas durante un periodo de tiempo prolongado. Las botellas de plástico contiene un químico llamado BPA, este componente es tóxico y solo se libera al exponerse el plástico a altas temperaturas.
El cuerpo humano necesita de un mínimo de 8 vasos de agua al día, pero no cualquier tipo de agua. Cuando se ingiera agua es importante que se encuentre libre de gérmenes y de BPA, para evitar problemas renales y complicaciones hormonales tal como hipotiroidismo e hipertiroidismo.