Agencias/El Nacional
Tras el hallazgo entre los restos de posibles piezas de un sistema de misiles tierra-aire Buk, de origen ruso, en los restos de un avión de Malaysian Airlines, derribado con 298 personas a bordo sobre suelo ucraniano, las investigaciones parecieron inclinarse ayer hacia la responsabilidad de los rebeldes prorrussos.
“Estas partes han sido localizadas durante una misión de recuperación previa en el este de Ucrania y se encuentran en manos del equipo de investigación criminal del vuelo MH17 y del Consejo de Seguridad de Holanda”, que dirige las investigaciones, informaron ayer los fiscales holandeses en un comunicado.
Un total de 283 pasajeros y 15 tripulantes viajaban en el vuelo de Malaysia entre Amsterdam y Kuala Lumpur que el 17 de julio de 2014 fue presuntamente derribado por un misil tierra-aire disparado desde una zona del este de Ucrania controlada por las milicias prorrusas.
Kiev y varios países occidentales acusaron a esas milicias por el derribo del avión, probablemente usando un misil Buk proporcionado por Rusia.
Pero tanto Moscú como los rebeldes rechazaron cualquier tipo de responsabilidad y apuntaron en cambio al ejército ucraniano.
Ahora, el hallazgo de los elementos del posible sistema de misiles Buk “tienen un particular interés para la investigación criminal, ya que pueden aportar posiblemente más información sobre quién estaba implicado en el accidente del MH17”, señaló el Consejo de Seguridad de Holanda.
Por este motivo, el equipo de investigación está analizando ahora el origen de las piezas, recalcó.
Los investigadores recurrirán para ello a la ayuda de expertos internacionales, entre ellos especialistas forenses y en armamento.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad de Holanda, que trabaja en el informe definitivo sobre la tragedia que ocurrió en plenos combates entre las fuerzas del Estado ucraniano y los rebeldes prorrusos, subrayó que “al día de hoy no se puede concluir que haya una conexión entre las piezas descubiertas y el accidente del vuelo MH17”, y pidió cautela.
Mientras el equipo de investigación conjunto es el que lleva a cabo la instrucción penal del accidente, el Consejo de Seguridad holandés es el que está analizando técnicamente las causas de la caída.
Ambas investigaciones se efectúan de manera separada, pero los dos equipos comparten entre sí de tanto en tanto sus hallazgos.
Las investigaciones se realizan en Holanda porque la mayoría de las víctimas eran de esa procedencia y el vuelo partió de Amsterdam. Pero no está claro dónde, cuándo o cuántos sospechosos serán juzgados si son identificados.
Rusia vetó el mes pasado una propuesta para crear un tribunal de las Naciones Unidas.
Ya en su informe preliminar, publicado el 9 de septiembre de 2014, el Consejo de Seguridad de Holanda determinó que la tragedia del vuelo MH17 se debió a “causas externas”, concretamente al lanzamiento de proyectiles desde el exterior.
Esas conclusiones preliminares indicaron que la aeronave “se desintegró en el aire probablemente debido al daño estructural causado por un alto número de objetos de alta energía que penetraron en el aparato desde el exterior”.