Tras décadas de polémica presencia de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) en México, la operación contra el general Salvador Cienfuegos fue la gota que colmó el vaso para el gobierno mexicano, que optó por desafiar al organismo limitando por ley los movimientos de sus agentes.
Con 71 votos a favor, 21 en contra y una abstención, el Senado mexicano aprobó el miércoles por la noche una iniciativa presentada de urgencia por el presidente que regula la presencia de los agentes extranjeros en México.
La reforma de la Ley de Seguridad Nacional obliga a los agentes de otros países a compartir su información con las autoridades mexicanas, les prohíbe arrestar a personas, les exige una autorización para llevar armas, establece que no tienen inmunidad judicial y amenaza con la expulsión de las agencias si quebrantan la ley.