Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, reconoció que el pasado 26 de junio, en la mañana en que sufrió el atentado cuando viajaba a bordo de su camioneta, no contaba con un dispositivo de seguridad adecuado y no se había ensayado un protocolo para un caso como ése.
A tres meses del atentado en el que perdieron la vida sus dos colaboradores más cercanos, que se desempeñaban como su escolta, el funcionario explica que entonces no contaba con el aparato de seguridad con el que ahora cuenta, no por subestimar las amenazas que había recibido, sino porque confiaba en que sus eventuales atacantes serían arrestados antes de que pudieran realizar alguna acción en su contra.
Es difícil pensar en que nadie lo notó, supongo que cuando sale de su casa, está enterado un grupo selecto de personas de su trayecto, y lo vigilan y lo ven y lo cuidan, ¿nadie lo notó?
Antes no tenía eso, hoy lo tengo, hoy sería muy difícil que pasara lo que pasó, pero en ese momento yo no tenía un dispositivo de seguridad como el que debía haber tenido.
García Harfuch explicó que, a lo largo de su carrera profesional, siempre dedicado a labores de seguridad, nunca había tenido un servicio de escolta.
“Yo no tenía un protocolo como tal, nosotros nunca fuimos… mi escolta estaba compuesta por compañeros míos, que habíamos estado en el mismo grupo táctico, en la misma célula de investigación, nunca tuve como tal un servicio de escolta hasta que llego a la Secretaría –en la PGR también–, mejoramos el dispositivo, pero nada como un protocolo de que un vehículo aquí, otro adelante, otro atrás, ‘usted siéntese aquí’, nunca lo habíamos tenido, hoy ya cambió”, dice el jefe policiaco.
Redacción/El Nacional