El agua mineral es una de las bebidas más populares y consumidas en México, pero ¿qué tan saludable es tomarla?

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) profundizó en las diferencias que hay entre el agua mineral natural, el agua mineralizada y el agua mineral gasificada, así como qué tan bueno o malo es su consumo.

De acuerdo a este organismo, aunque el consumo de estas bebidas tiene varios beneficios, recomienda moderar su ingesta pues en exceso podrían generar problemas a la salud.

Diferencias entre estas bebidas

Comencemos por ver las diferencias entre estos tres tipos de bebidas, según Profeco:

Agua mineral natural

Es extraída del subsuelo y está mineralizada de forma natural, ya que proviene de un manantial mineral; entre más profunda sea esta fuente más pura será el agua.

Aunque de forma natural tiene gas carbónico, lo pierde al ser llevado a una fábrica.

Agua mineral natural gasificada

Se trata de agua mineral natural adicionada con gas carbónico (casi siempre de procedencia volcánica). Su composición química tendrá la característica del sitio del que éste se extrajo.

Agua mineralizada

Es agua con minerales añadidos para enriquecer sus propiedades. Cuando se procesa se le retiran los minerales y se obtiene agua destilada. Mas tarde, por medio de un proceso de mineralización se le agregan elementos como el magnesio o el calcio para que pueda considerarse como “agua mineral”.

Riesgos y beneficios del agua mineral

Estos son los beneficios y riesgos que conllevan los minerales que contienen estas bebidas:

Calcio

Favorece la formación de dientes y huesos, no obstante, su abuso puede provocar cálculos renales.

Cloruro

Mantiene el equilibrio de líquidos corporales, aunque en exceso podría aumentar la presión arterial.

Floruro

Ayuda a fortalecer el esmalte de los dientes, pero paradójicamente el incremento de su consumo debilita este esmalte.

Magnesio

Mejora el funcionamiento de nervios y músculos, pero en cantidades mayores ocasiona debilidad muscular.

Potasio

En exceso puede llevar a una concentración demasiado alta en la sangre llamada Hiperpotasiemia.

Sodio

Aunque regula el equilibrio de agua en el cuerpo, en cantidades excesivas puede llevar a la hipertensión arterial y a la retención de líquidos.

Sulfato

Aunque elimina las toxinas que ingresan al organismo, su abuso puede provocar diarrea y deshidratación.

Redacción/El Nacional