No verán la sonrisa de la profesora que los espera, ni la de sus compañeros, pero aun así, el regreso a clases provoca alborozo entre decenas de niños que aguardan frente a una escuela en París su reapertura tras seis meses de cierre.
“¡Nos hizo mucha falta! Los amigos, las clases… ¡hasta los profesores!”, señala Anaïd, de 13 años, con los ojos brillantes y la nariz y boca cubiertas por una mascarilla, obligatoria para los alumnos mayores de 11 años durante toda la jornada escolar, salvo a la hora del comedor.
La “nueva normalidad” no le preocupa mucho. “Sí, es un poco incómodo llevar la mascarilla, pero así no corremos riesgos”, dice, mientras saluda a sus amigas con un golpe de codo o un apretón de pies. A muchas no las había visto desde mediados de marzo, cuando el gobierno ordenó el cierre de las escuelas en todo el país.